Alquimia.
Alguien que me amó dijo de mí que tenía el superpoder de encontrar la única cosa bonita en medio de todo lo feo. Éramos jóvenes y creíamos que la felicidad nos vendría dada sin más, que esperaba a la vuelta de la esquina.
A veces, cuando paseo, me acuerdo de aquellas palabras. Las más bellas. Enciendo los ojos y les pregunto si todavía está ahí ese don, si la vida no lo habrá lesionado. Si todavía dibujo esquinas de alegría en el desierto. Si aún puedo jugar a alquimista con todo lo feo.
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