Territorio del alma.

68842(1)Qué nos rompe por dentro. Qué despierta el hacha, si ayer soñábamos miel. Qué trunca la fuerza que en otras tierras vuela sobre el infinito. Qué despierta el poder que otros días yace vencido. Qué nos atrevemos a explorar, qué cambiamos de nosotros mismos. Qué hace que volvamos a casa después de un amor, una guerra, un intento, un algo más aprendido.
Los valientes viajamos a las fronteras de todo aquello que nos apela. A veces, celebramos la conquista de una cualidad desconocida. Otras, la fragilidad nos dice que levantemos un muro: de descanso,  de defensa, de prudencia, de cariño.
Susurramos cansancios y alegrías sobre la línea que dibuja nuestro mundo conocido: la muralla que la experiencia mueve de noche y con sigilo, para que al alba miremos cómo ha cambiado el territorio del alma.

(fotografía de www.jesustejel.com)

El árbol que eres (primavera).

IMG_20170305_194542Desde que soy árbol, me gusta la primavera.
Renazco y me invento un traje para el trajín que me espera: un tronco de conchas, un arbusto en las dunas, una copa de algas, una rama en la arena.
Detrás de cada invierno, una luz diferente.
Detrás de cada hoja, el sonido que traiga la marea.
Detrás de cada naufragio, una luna nueva.
Desde que soy árbol, viajo al centro de la vida cada primavera.

Reino de Ronquidos, #CaminodeSantiago

Cierto que el #CaminodeSantiago es interiorización: te encuentras a ti mismo, conectas con la naturaleza, haces de cada peregrino tu familia, aprendes a adaptarte y la lógica del encuentro -desapego mientras dices #BuenCamino. Cierto que me abrió el corazón, sentí a un Dios diferente y hablé inglés por los codos. Cierto que aprendí ingeniería para llenar la mochila sin que pese, que unos buenos calcetines marcan la diferencia, que es tu sonrisa el maquillaje que te pone guapa, que la gente viene del otro lado del mundo para hacer lo que tú tienes al lado, y que no hay reglas, ni edad, ni condición física que prediga que serás un buen caminante. Pero hay cosas que nadie cuenta, y que hacen del Camino un lugar profundamente humano. Por ejemplo, tipos de caminantes según su ronquido: el musical (diferentes matices y tonalidades), el metrónomo (ronquido constante, estable), el escalador (y sube y sube y sube hasta hacer cima y despertar a todos), el Gran Roncador (Oh my God), el susurrador (leve como una nana),
el imprevisible, y tantos otros que hicieron de mis tapones una joya en mis oídos. Tampoco nadie te dice que tus ojos verán rutinas de higiene extrañas, ropa interior que no tienes necesidad de ver, que hay sonidos que te recordarán que no distamos tanto del mono. Que con treinta kilómetros en el cuerpo, a lo mejor eres tú el que ronca, o el que a un desconocido le ofrendas tu ropa sucia para la lavadora. Que miras, curas y tocas las ampollas del pie del otro con la misma naturalidad que rezas a un amanecer. Que todo esto no va de ser mejor ni de llegar antes, sino de ser lo que ya eres y que el #CaminodeSantiago es, tanto como un camino espiritual, el más humano entre los Reinos de Ronquidos. #BuenCamino, y #BuenRonquido.

Lo que seduce, la voz

Esto va de humoramor, el que transcurre por WhatsApp y sus rituales de cortejo: el mensaje territorial, el del chiste-tanteo, el del día de después, el que dice lo que a la cara sonroja… la antropología de la seducción podría decir más de todo esto, pero aquí lo dejo por si, ya sabéis, esto lo lee gente, o mi padre, o algún pretendiente. Con la misma fuerza que acorta distancias, la maldita aplicación produce malentendidos: le falta la voz. La que la emoción quiebra, el deseo ablanda, el miedo altera y la alegría viste de música. La voz no miente: habita las palabras con la vibración de la verdad.
Lo sé porque vivo acompañada de los mensajes de voz de mis amigas UK-FRANCE-ESPAÑA, y sus voces cuentan más allá de texto: fabrican un hogar al que acudir a espantar la soledad, contar aventuras y tejer consejos. Por eso sé que la voz se lee mejor que las palabras, y dice mucho más que el texto. Chicos y chicas: el emoticón tiene su momento, pero no atrapa. Hoy, lo que conduce al encuentro es otra cosa. Lo que seduce al WhatsApp, es la VOZ.

Merry Christmas: guía básica de supervivencia.

Ames u odies la Navidad, llegan las prisas, el pavo, reuniones y regalos. En Reyeslandia hemos elaborado una guía de supervivencia; cinco principios básicos que mejorarán tu vida. 1. LA ORIGINALIDAD ESTA SOBREVALORADA. Estudia a tu público: cocina lo que tus suegros puedan masticar y los niños disfrutar, regala lo que sabes que funciona y no te mates la cabeza: usa ese tiempo para hacer algo que te gusta y ser feliz. Los tuyos no esperan una fiesta Ferrero Rocher y tus hijos no quieren lo que tú quieres que quieran, sino lo que está de moda. 2. ANULA LOS SENTIDOS A VOLUNTAD. El objetivo es evitar el conflicto que, total, para un rato, ¿hace falta discutir? si oyes algo que te molesta, apaga el oído. Si ves algo que no te gusta, mira a otro lado. No hay nada más inteligente que hacerse un poco el tonto, ni nada más tonto que intentar ser el más listo.
3. QUEDATE CON GANAS DE BEBER. Sé que muchos no lo cumpliréis, pero esas últimas copas son la raíz de muchos “tú que has querido decir con eso”, “oye con mi mujer no te metas”, de ataques de pelo en pecho y arrepentimientos tras cenas de empresa. 4. NO TE HAGAS CASO. Las navidades perfectas no existen: el que está solo se siente más, el mal acompañado lo lleva peor, el que echa en falta a alguien lo añora. Date vacaciones de tu mente, ésta lo agradecerá. 5. DISFRUTA. Siempre hay una forma de placer que puedes surfear: si no te lo da la vivencia o creencia, la comida o la compañía, invéntate otro y busca el minuto. Píntate una sonrisa: el mejor villancico es la risa.