Somos los #Reyes de nuestro mundo.
Por fin encontré mi trono de árbol, hierba y agua, en uno de mis paseos por la ribera. Me senté con dignidad… como si esta silla me hubiese estado esperando desde siempre, y recordé los versos de Henley, Invictus: «soy el maestro de mi destino, el capitán de mi alma». Cada uno de nosotros somos un ecosistema genético único, un pequeño universo que requiere gobernanza e inteligencia para moverse de la mejor manera posible en este viaje. Por ello, todos deberíamos tener un salón del trono desde el que gobernemos nuestro mundo: un lugar donde sentarnos y tomar decisiones, perdonarnos, declarar la guerra a lo que nos hace infelices, abolir preocupaciones tontas, donde retirarnos y ordenar que se alcen los muros que protegen el silencio. Donde ningún enemigo adivine debilidades y repensemos con reposo nuestras fronteras, donde el amor invente excepciones a leyes que la razón escribió. Donde seamos los #Reyes de nuestro Yo.
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