Entradas

Mujeres que surfean la vida.

IMG-20171017-WA0002Basta de mapas o planes,  concluyeron dos amigas: hablaban de proyectos que nacen y mueren, de personas que van y vienen, de ilusiones podadas y brotes de otras frescas, distintas. De mujeres orquesta que escalan problemas y cuidan flores, que son humanas y se quiebran, que son heroínas y hacen cima.  De viajes que buscan dunas y silencio, belleza y horizonte.  De cómo hacen para que el día se pare un rato sin que nada se pare. De cómo, decir adiós a tantas cosas, es un golpe de marea. De cómo con retales de vida inventan universos propios más allá del cielo. De no luchar ya contra los días, ni afanarse en conquistarlos: mejor surfear cada cosa que llega tras la estela de lo que traigan las nubes. Abandonarse a la incertidumbre. El único mar en calma es el que pinta la noche cuando nos quedamos a solas con ella.

(Fotografía de Ana Serrano Tierz)

Las diosas que hay en ti

z_8930

 

Hay tantas diosas en ti: la que protege, la que lucha, la que seduce, la que reina, la que organiza, la que resuelve, la que ríe, la que genera mundos posibles e imposibles, la que muere viviendo, la que vive incluso cuando sobrevive, la que aprueba con nota el día a día y sonríe cum laude.
La que llora, la que cuida, la que se vuelve mujer de adolescente, y adolescente siendo mujer. La que vive aventuras, la que elige la calma, la que no sabe ser madre y, cuando aprende, ya no sabe dejar de serlo. La que no quiere ser mamá. La que ama a sus hijos añorando una vida libre. La que todo le sale mal, aunque le salga todo bien. La que elige el olvido, la que ya no vive sino de recuerdos. La que, al final, acepta lo que venga.
La que no le queda otra que convertirse en otra, la que hay días que se rinde, la que esconde a los que ama la fealdad del mundo, la que opta por querer verse guapa pese a todo, la que baila porque le gusta, aunque nadie la elija reina de ningún baile. La que llaman puta, ¡como si esa palabra albergara todos los males del mundo!

Ojalá pudiera sentar en la hierba todas las diosas que te habitan, a veces todas a la vez, para escuchar juntas la nana que la madre tierra tiene para ti.
(Ilustración de Sabina Blasco)

Lunes de colores

IMG-20150813-WA0002
Ya sé que tus lunes no son de colores .
Que la rutina no es azul, ni tu vestido rojo. Que añoras el verde y querrías, por una vez, salir de amarillo loco.
Que prefieres el olor a lavanda que tu perfume de todos los días, y el yogur te gusta con moras y no con prisas.
Que a veces una caricia basta para despertar la sonrisa que viste tus lunes de colores.

Abuelas-de-antes (2), mindfulness y el no-problema catalán

Cinco minutos para explicar a un grupo de abuelas de antes cómo integrarse una semana en nuestro mundo, fue el reto que soñé apresurada entre abrazos por verlas venir del otro mundo a darse vacaciones: “las tareas de la casa son compartidas (alegría general, callé que es mentira), no deis una colleja a los críos que no es pedagogía sino peGagogía y os denuncian, os podéis divorciar pero es un rollo. Se os permite hacer cosas que no puedo poner aquí, por si lo lee gente, sin que os consideren una mala mujer (curiosidad general, risas y preguntas), sin embargo aunque todo ha cambiado nada ha cambiado, y el hombre sigue queriendo lo que quiere y la mujer pretende que quiere lo mismo pero muchas veces quiere otra cosa, o no, depende, a saber. No miréis los carteles publicitarios, pues os veréis gordas aunque no lo estéis, se llevan muy delgadas (aunque a ellos les siguen gustando las curvas) eso es para que compréis cremas que no necesitáis. Cuando trabajéis, cobraréis un sueldo (bieeen), que no os dará para mucho, pero menos os daba el vuestro. Como intentaréis llegar a todo y ser perfectas, estaréis estresadas y necesitaréis un curso de mindfulness (les dije que era como hacer
gancho, que te centra la cabeza, pero ahora por aprender tienes que pagar porque la vecina no te enseña gratis). Podéis conducir, viajar, hacer de todo, aunque necesitaréis dinero y tiempo que no tendréis, así que igual os sentís frustradas; no os preocupéis, hay libros de autoayuda que os dirán que lo importante es el amor. No veáis la tele (sentí vergüenza de explicar, a una generación que vivió una guerra, que en el telediario solamente verían a unos y otros echarse la culpa de todo e inventarse un no-problema catalán)… mejor os vais a andar, ahora las mujeres lo hacen por gusto en chándal+perlas, y no por ir lejos –de negro y en negro- a faenar. Vuestra resignación se llama hoy aceptar el ahora, y la felicidad fue, es y será una receta que tendréis que aprender solas a cocinar”.

Cuadernos de viaje (2): Carmen, el viaje psíquico.

2014-05-22 19.05.21Su padre le leía de pequeña, antes de la guerra. Supongo que por eso vivió de forma natural dejarse leer en voz alta cuando su cuerpo dejó de funcionar y apenas podía hablar. No le gustaban las fiestas, prefería la intimidad del grupo pequeño, se sentía así menos expuesta, creo que quería vivir su enfermedad en privado. Prefería lecturas fantásticas, paisajes lejanos, poemas de emociones adolescentes, cualquier cosa que le hiciera (sonreía) “sentirse transportada”. La lectura es una herramienta de poder cultural, pero también es un lugar donde elaborar el mundo u olvidarse de él descubriendo otros. Para Carmen, un espacio de libertad en su vida de cuerpo inmóvil, una forma de comunicación cuando quedó sin habla. Para mí,con ella, significó compartir mundos posibles, un viaje a territorios donde la mente y las emociones podían hacernos a todos sentirnos transportados sin importar edad, enfermedad, caducidad o límites.