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Baby-sitters, amantes y psicólogas que se cuentan la vida por whatsap

De cómo ser Babysitters, fregonas, psicólogas y amantes sin morir en el intento, seguir siendo amiga de tus amigas y dar los titulares de tu vida por Whatsap. A las amigas que ejercen solas de madres, les mandé un whatsapp informándoles de mi blog, que no tendrán tiempo de mirar. Haciendo uso de un género literario inventado, nos damos titulares de nuestra vida. Los grandes periódicos se pierden frases como “inmersa en tareas de madre, babysitter, fregona, psicóloga y amante, sacaré tiempo para tu blog” o resúmenes como “blog superchulo, yo último repaso de depilación láser hasta siempre, tuve que escribir cuento para la guardería y me quedé sin neuronas”. Está la que roba dos medias horas a la semana para correr y ruega no toparse con semáforos en rojo porque entonces la media hora se le queda en cuarto, y eso es descansar, porque la carrera de verdad comienza cuando sale del trabajo (niñocenaduchacuentocama).
La que vivió y durmió tres días con la misma ropa, cogió complejo de vaca y soñaba con ubres gigantes y me llamaba para ensayar el diálogo con el pediatra para decirle que dejaba de dar el pecho, pero luego le faltaba valor. En este estado de cosas, amistad y tiempo, recibo en el móvil grandezas como “Niño con varicela, suegra ingresada, necesito teñirme pero ¡cuándo!” o “pretendiente num.2 casado (emoticón de horror) así k paso página, me ofrecieron empleo (emoticón de bieeen), niño con ex puedo quedar”. Supongo que la vida va de encontrar micromomentos de amistad y humor, aunque sea por whatsapp, por eso, aún sabiendo que no tendréis tiempo de leerlos, os doy mis titulares: “entendiendo estéis inmersas en papel de babysitters-fregonas-amantes-psicólogas, os veo menos… pero os quiero más”.

Todas somos princesas

Ventanas 2-10Esta es una perfecta ventana de cuento, la hice en Cambridge y pensé que era, sin duda, la ventana del castillo de Reyeslandia. Carambolas de la vida, ahora cuelga en la pared de un centro de acogida donde se arropa y lame las heridas a mujeres que ejercen la prostitución. La vida no suele ser un cuento, pero pese a lo que nos cuenten o nos contemos, lo que cuenta es recordarnos unas a otras que todas, digo TODAS, tenemos corazón de princesas.