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Cuadernos de viaje (1): Alegría, la entusiasta

2014-05-22 19.05.21Alegría nunca pudo estudiar, pero hasta quince días antes de morir bajó al club de lectura. «Yo no sé leer bien -decía- si me pongo a leer diré mentiras, porque no entiendo. Pero aunque no entienda ni oiga bien a mí me gusta todo: la poesía, la lectura. Todo, hija mía». Ella aprendió algo sobre literatura, poesía. Y yo, a querer honrar su nombre: vivir con Alegría aprendiendo hasta el final de mis días.

Sueños a la carta

Ventanas 3-10Sueños a la carta, este despacho movió mi sueño de PENSAR en calma, sin prisas. Miro, os escucho, leo sueños imposibles, tontos, secretos, tiernos, justos: correr una maratón, construir familias grandes y felices, comer todos los días, adelgazar, viajar, vivir con dignidad, morir con dignidad. La vida y la historia se construye de sueños cumplidos y, también, de sueños rotos. Pese a todo, soñar es un interruptor que enciende y mueve la brisa que sopla fuerte las velas en nuestro viaje a Ítaca, donde lo que al alma importa es que la naveguemos firmes, sea cual fuere nuestro puerto.