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El arte de la vulnerabilidad

petirrojo

 

Un amigo me envió la foto de este petirrojo que parecía delicado y cantaba lastimero: Tú que tienes talento, anda, escríbele algo, me dijo. Ay, petirrojo, qué puedo decirte yo. Que unas veces toca el gorjeo alegre de las noches de verano, pero otras, el canto más bello es aquel que en invierno acaricia el difícil arte de la vulnerabilidad.

Walk, Forrest, Walk

Microplaceres 6-10Todavía no puedo volver a correr, como Forrest, pero camino. Cuando dudo o me estanco en la vida, engaño a mis demonios caminando; así mi cuerpo acaba convenciendo a mi mente de que nos movemos hacia mejor puerto. Entre una zozobra y otra, árboles y pasos, anida el placer: dejarse florecer en primavera, desatarse de vida en verano, tirar la hoja y el ánimo en otoño. Hibernar entre la niebla con las ramas desnudas de todo lo malo.