Cuadernos de viaje (3): a la vejez… poesía.
Millán fue pastor de joven y ahora, a sus muchos, es poeta. Pesimista de mentira, la vida y el poema tienen que rimar, ordenados. Es parco en palabras, pero regala versos puestos en fila que recita a ritmo de jota. No oye, pero escucha. No sonríe pero le ríen los ojos. Administra sus versos con la humildad del que quiso estudiar y la grandeza del que da lo que tiene, que a su vejez es poesía, por si la vida le va quitando casi todo lo demás.