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Alquimia.

IMG_20171102_064621_535Alguien que me amó dijo de mí que tenía el superpoder de encontrar la única cosa bonita en medio de todo lo feo. Éramos jóvenes y creíamos que la felicidad nos vendría dada sin más, que esperaba a la vuelta de la esquina.

A veces, cuando paseo, me acuerdo de aquellas palabras. Las más bellas. Enciendo los ojos y les pregunto si todavía está ahí ese don, si la vida no lo habrá lesionado. Si todavía dibujo esquinas de alegría en el desierto. Si aún puedo jugar a alquimista con todo lo feo.

Equilibrio.

IMG_20170825_061921_361 Hay gente que tiene soluciones a conflictos imposibles. Dibujan un plan para un mundo nuevo donde, al parecer, no volverá nada de lo que siempre ha enfrentado a los hombres.
Yo sólo sé que hoy me mantengo en pie. Una piedra sobre otra. Busco la gravedad y la quietud que extravié ayer.
Yo sólo sé que hoy viajaré, al final del día, a ese lugar dentro de mí donde están todas mis piedras. Recogeré las perdidas en tropiezos y piruetas.
Sólo sé que hoy  encontraré mi equilibrio.

Las mareas de lo que amamos.

20242(1)Mis amigos y yo creíamos que los días son una batalla donde el que lucha gana y que, en la noche, el mundo se dividiría en vencedores y vencidos.

Creíamos en  mapas y planes, y en la diosa Razón.

Dejé la espada y me hice medusa. Con la corriente y el viento, me muevo ligera en las mareas de todo aquello que amo. Y ahora por fin bailo feliz la certeza de la incertidumbre.

(Imagen de www.jesustejel.com)

El árbol que eres (primavera).

IMG_20170305_194542Desde que soy árbol, me gusta la primavera.
Renazco y me invento un traje para el trajín que me espera: un tronco de conchas, un arbusto en las dunas, una copa de algas, una rama en la arena.
Detrás de cada invierno, una luz diferente.
Detrás de cada hoja, el sonido que traiga la marea.
Detrás de cada naufragio, una luna nueva.
Desde que soy árbol, viajo al centro de la vida cada primavera.

Las diosas que hay en ti

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Hay tantas diosas en ti: la que protege, la que lucha, la que seduce, la que reina, la que organiza, la que resuelve, la que ríe, la que genera mundos posibles e imposibles, la que muere viviendo, la que vive incluso cuando sobrevive, la que aprueba con nota el día a día y sonríe cum laude.
La que llora, la que cuida, la que se vuelve mujer de adolescente, y adolescente siendo mujer. La que vive aventuras, la que elige la calma, la que no sabe ser madre y, cuando aprende, ya no sabe dejar de serlo. La que no quiere ser mamá. La que ama a sus hijos añorando una vida libre. La que todo le sale mal, aunque le salga todo bien. La que elige el olvido, la que ya no vive sino de recuerdos. La que, al final, acepta lo que venga.
La que no le queda otra que convertirse en otra, la que hay días que se rinde, la que esconde a los que ama la fealdad del mundo, la que opta por querer verse guapa pese a todo, la que baila porque le gusta, aunque nadie la elija reina de ningún baile. La que llaman puta, ¡como si esa palabra albergara todos los males del mundo!

Ojalá pudiera sentar en la hierba todas las diosas que te habitan, a veces todas a la vez, para escuchar juntas la nana que la madre tierra tiene para ti.
(Ilustración de Sabina Blasco)