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Cross-paseo flowerpower: al running con humor.

Corredores de la ribera del Ebro, a mí no me engañáis. A los que paráis en los tramos escondidos, metéis barriga cuando pasan chicas, mentís sobre vuestros tiempos, las rodillas no os dejan ser supermanes, echáis las tripas esperando “One day will be the day”, os digo: TODAY IS THE DAY. Romped las cadenas de vuestros pulsómetros y venid conmigo al país de corrrocomoquierosegúnmepidelcuerpo, concentraos en lo importante, os doy opciones: mirar a las chicas/os y darles un buen repaso, seguir el ritmo de la canción según te plazca, parar cuando ves un perrito ay que monoooooooo, dejar que el atardecer te abrace, preguntarte dónde se habrá comprado esa chica esas leggins rosas tan monas aunque sepas que no te quedarían bien, envidiar a los que se besan, escuchar a tu cuerpo, que nadie te dice que correr
no es llegar, sino sentirse fuerte y libre, que puedes parar básicamente cuando te dé la gana sin que por ello recibas un castigo divino, que no es obligatorio el uniforme fosforito-apretado decathlon, que no tienes que demostrarte nada a ti mismo, que puedes encontrarte a alguien y quedar para una caña, y que el viento en la cara, dejar que te guiñen el ojo y el color del Ebro ese día es tan importante en todo esto como los estiramientos de después. Que los tiempos (como el tiempo) es relativo, y el cuerpo ya es perfecto si lo mira alguien que te quiere, y si no pues k-l-den. Que lo importante no son los objetivos, sino ser feliz. Corredores de estar por casa, TODAY IS YOUR DAY. Hay esperanza para vosotros, se llama cross-paseo flowerpower y lo practicamos aquí, en Reyeslandia.

Hoy me siento a sentir

2014-07-02 11.51.53

A veces me olvido de sentarme a sentir, qué tonta. En el aquí, allá, arriba, abajo, deprisa, despacio, que camino que corro que voy que vengo, se me va el santo al cielo. Un rato al día y varias veces al año, como hoy, el más importante de los quehaceres perezosos. Sentarse, y sentir.

Mafalda vuelve a correr

Después de un año y pico sin correr (a ver, ehhhhh, que yo de deportista lo que Mafalda en chándal), y una larga discusión ayer con el dependiente de la sección de deportes del corte inglés, porque no hay manera de conseguir ropa de running que te cubra los riñones (¿los riñones y el culo no son del cuerpo y no pasan frío?), rogué que Madonna se pusiera un día una sudadera larga y así se pondría de moda las cosas largas y cómodas (de los bikinis hablaremos en otro momento…). Bueno pues después de todo eso, mil gracias a los consejos de mi Pilar Martínez, las plantillas de Mónica Espeleta, y el recuerdo del cariño con el que mi amigo Javi me ayudó cuando empecé, esta mañana he vuelto a trotar un poco. Me he olvidado de correr a lo «chico habitante del ejército de Esparta» (la tengo muy grande, antes morir que parar, perder es «caca», yo voy a cazar el mejor mamut y la tribu me va a aplaudir,
competircompetircompetir, objetivoobjetivo, si corro más seré más), que es un poco lo que hacía antes. Liberada de esa actitud fálico-narcisista que es un rolloooo, he pensado que todo el mundo tenemos derecho a ser torpe en algo: parar-trotar-parar-trotar, mirar los árboles, agradecer, por Dios, !ese público fiel! del cincuentón ciclista que invariablemente piropea a nosotras mujeres de cuarentay (los de cuarentay están ocupados mirando a las de treintay). Básicamente, me he dedicado a ser feliz trotando como me pedía el cuerpo, harta de objetivos y retos vitales y, sabiendo que correr no es mi superpoder (son otros, que no cuento), reivindico mi derecho a ser torpe, correr a lo chica, llevar sudaderas que me tapen el culo, por favor, que se me enfría y pararme cuando quiera. El placer no tiene reglas. En fin y sobre todo: a correr y a la vida… con humor.

El abrazo

Microplaceres 10-10El abrazo. El que se da sin motivo, motiva el acogerlo. El que, por favor: no busca ni domina. El sincero. El alegre del reencuentro o el amoroso… del Encuentro. El que das porque te sale y el que te darías cuando mmm estás que te sales. El del bebé que te llena de baba, el que suspirabas a los quince cuando por alguien se te caía la …(.) El que vence a las palabras, el que sella un momento y no te da ningún tormento. El que te roban cuando no te sientes abrazable, para que así te sientas. El de mi padre, que siempre está ahí, en un fondo de abrazos a plazo fijo con rentabilidad asegurada. En la vida: Calidez, la mejor inversión.